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Matricúlate en Religión

     

  • ¿Por qué elegirla?

Queridas familias:
Del 3 al 7 de febrero comienza la campaña de prematrícula en la escuela.
¿Por qué no apuntarse también a Religión?
Aquí tienen varios motivos para SÍ hacerlo:

La asignatura de Religión es fundamental para tener un conocimiento más completo del mundo que nos rodea.

-Cuando se apuntan a la asignatura de Religión se apuntan a entender las claves que han formado la historia, la política, el arte, las costumbres, la cultura, las leyes, otras creencias… y por qué las religiones han movido el mundo.

La asignatura de Religión no es catequesis. No evalúa su fe sino el conocimiento. Y el conocimiento es libertad. Libertad para pensar y para creer.

-No se puede elegir lo que no se conoce y no se puede conocer si no se puede elegir Religión.

-Una educación con Religión ayuda a profundizar en los valores humanos desde la ecología a la paz, pasando por la comprensión, el perdón, la bondad… desde lo más profundo de la persona.

-Una educación con Religión es una formación completa. No hagamos de la Religión una asignatura pendiente.

En este breve vídeo lo pueden ver resumidamente:

Las puertas están abiertas para todos. ¿Se animan? 


  • La Religión en el Centro

   Estimadas familias:
   Ante todo, quiero agradecerles la confianza que han puesto al pensar en matricular a sus hijos en Religión.

Pensando en la prematrícula en el Centro, les señalo a continuación las características de la materia para que tengan un mejor conocimiento de ella.

Utilizando los procedimientos escolares de este Centro (PDI, material audiovisual, Biblioteca…) y en colaboración con el Tutor/a de sus hijos, la asignatura va encaminado a:

o       Un estudio académico de los contenidos fundamentales del mensaje cristiano, respetando las etapas de desarrollo de cada persona, evaluando su avance en su conocimiento pero no su fe (que es algo personal) y respetando al máximo aquello que sigan en sus casas.

o       Una apertura a la trascendencia y una respuesta de sentido para los interrogantes de los niños y jóvenes en periodo de formación.

 o       El conocimiento y desarrollo de unos valores, que desde el Evangelio, nos ayudan a ser mejores personas y ciudadanos: paz, amor, perdón, compartir, responsabilidad, verdad, respeto a sí mismo y a los demás, solidaridad, justicia… y que les ayuden a desarrollar responsablemente su futuro.

o       Un conocimiento respetuoso de otras creencias y/o procedencia que tengan los compañeros, valorando y potenciando todo aquello que nos une, pues entre todos formamos esta sociedad.

 o       Una integración entre el conocimiento de la Fe y la Cultura, de lo que se recibe en la escuela y/o familia, descubriendo las raíces cristianas (en general) y navarras (en particular) en sus múltiples manifestaciones y celebraciones, favoreciendo el conocimiento y la integración en el entorno cultural en el que les toca crecer: lenguaje, tradiciones, historia, música, pintura, cine…

o       Promover el desarrollo en armonía de cada alumno (intelectual, afectivo, moral, cultural, trascendental…) ayudando así al crecimiento de su personalidad y a relacionar entre sí los diferentes conocimientos que reciben a lo largo de su vida escolar.

o       Y todo ello, en un diálogo respetuoso y abierto que nos ayude a construir una sociedad mejor y más justa.

   Quedando a su disposición para resolver sus dudas, etc.,  reciban un cordial saludo de:

                                           Arancha, profesora de Religión del Centro


  • Carta de un padre socialista a su hijo para que asista a clase de Religión

 Y para que Uds. mismos confirmen hasta que punto es importante la formación en esta materia durante el tiempo escolar, en la siguiente dirección pueden comprobar cuál es la relevancia que tiene en el resto de Europa y así, entre todos, partiendo de nuestro pasado común, poder comprender mejor nuestro presente y afianzar un futuro más sólido y prometedor.

Sería interesante que leyéramos las reflexiones de Jean Jaurés (diputado por el Partido Obrero Francés entre 1889 y 1914, fundador del periódico L'Humanité) Fue precisamente en el diario L'Humanité donde publicó esta carta dirigida a su hijo para que acuda a clase de Religión.
He aquí algunos fragmentos:

Me pides un justificante que te exima de cursar religión, (...). Este justificante, querido hijo, no te lo envío ni te lo enviaré jamás.
(...) tengo empeño decidido en que tu instrucción y tu educación sean completas, y no lo serían sin un estudio serio de la religión.
(...)¿Cómo sería completa tu instrucción sin un conocimiento suficiente de las cuestiones religiosas sobre las cuales todo el mundo discute? ¿Quisieras tú, por tu ignorancia voluntaria, no poder decir una palabra sobre estos asuntos sin exponerte a soltar un disparate?

Dejemos a un lado la política y las discusiones y veamos lo que se refiere a los conocimientos indispensables (...) Estudias mitología para comprender historia y la civilización de los griegos y de los romanos y ¿qué comprenderías de la historia de Europa y del mundo entero después de Jesucristo, sin conocer la religión, que cambió la faz del mundo y produjo una nueva civilización? En el arte ¿qué serán para ti las obras maestras de la Edad Media y de los tiempos modernos, si no conoces el motivo que las ha inspirado y las ideas religiosas que ellas contienen?
(...) ¿Querrás tú condenarte a saltar páginas en todas tus lecturas y en todos tus estudios? Hay que confesarlo: la religión está íntimamente unida a todas las manifestaciones de la inteligencia humana; es la base de la civilización y es ponerse fuera del mundo intelectual y condenarse a una manifiesta inferioridad el no querer conocer una ciencia que han estudiado y que poseen en nuestros días tantas inteligencia preclaras.
Ya que hablo de educación: ¿para ser un joven bien educado es preciso conocer y practicar las leyes de la Iglesia? Sólo te diré lo siguiente: nada hay que reprochar a los que las practican fielmente, y con mucha frecuencia hay que llorar por los que no las toman en cuenta.

Querido hijo: convéncete de lo que digo: muchos tienen interés en que los demás desconozcan la religión, pero todo el mundo desea conocerla. En cuanto a la libertad de conciencia y otras cosas análogas, eso es vana palabrería que rechazan de ordinario los hechos y el sentido común.

(...) La cosa es muy clara: la libertad exige la facultad de poder obrar en sentido contrario. Te sorprenderá esta carta, pero precisa hijo mío, que un padre diga siempre la verdad a su hijo. Ningún compromiso podría excusarme de esa obligación.

Si quieren leerla completa lo podrán hacer pinchando aquí.






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