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jueves, 8 de febrero de 2018

Cuaresma


   Hola a todos:
   Como ya hemos comentado, el miércoles de la semana que viene (aunque estemos de vacaciones de Carnaval) empieza la Cuaresma del Ciclo B.
   Y como tenemos una sopa de letras que nos habla de las diferentes lecturas que hay durante en esos domingos, aquí las tenéis por si tenéis curiosidad y queréis saber de dónde salen las palabras o no queréis esperara a ese domingo:

Primer domingo: Mc 1, 12-15
    Después de esto, el Espíritu llevó a Jesús al desierto. Allí estuvo cuarenta días, viviendo entre las fieras y siendo puesto a prueba por Satanás; y los ángeles le servían.
    Después que metieron a Juan en la cárcel, Jesús fue a Galilea a anunciar las Buena Noticia de parte de Dios. Decía: «Ya se cumplió el plazo señalado, y el Reino de Dios está cerca. Convertíos y creed en el Evangelio.»

 Segundo domingo: Mc 9, 2-10
     Seis días después, Jesús tomó a Pedro, Santiago y Juan, y los llevó a ellos solos a un monte elevado. Allí se transfiguró en presencia de ellos. Sus vestiduras se volvieron resplandecientes, tan blancas como ningún batanero en el mundo podría blanquearlas. Y se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Pedro dijo a Jesús: «Maestro, ¡qué bien estamos aquí! Hagamos tres tiendas, una para Ti, otra para Moisés y otra para Elías». Pedro no sabía qué decir, porque estaban llenos de temor. Entonces una nube los cubrió con su sombra, y salió de ella una voz: «Este es mi Hijo muy querido, escuchadlo». De pronto miraron a su alrededor y no vieron a nadie, sino a Jesús, solo con ellos. Mientras bajaban del monte, Jesús les prohibió contar lo que habían visto, hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos. Ellos cumplieron esta orden, pero se preguntaban qué significaría «resucitar de entre los muertos».

Tercer domingo: Jn 2, 13-25
     Se acercaba la Pascua de los judíos. Jesús subió a Jerusalén y encontró en el Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas y a los cambistas sentados delante de sus mesas. Hizo un látigo de cuerdas y los echó a todos del Templo, junto con sus ovejas y sus bueyes; desparramó las monedas de los cambistas, derribó sus mesas y dijo a los vendedores de palomas: «Quitad esto de aquí y no hagáis de la casa de mi Padre una casa de ladrones». Y sus discípulos recordaron las palabras de la Escritura: El celo por tu Casa me devora.
     Entonces los judíos le preguntaron: «¿Qué signo nos muestras para obrar así?». Jesús les respondió: «Destruid este Templo y en tres días lo levantaré». Los judíos le dijeron: «Cuarenta y seis años ha costado construir este Templo, ¿y Tú lo vas a levantar en tres días?». Pero Él se refería al templo de su cuerpo. Cuando Jesús resucitó, sus discípulos recordaron que Él había dicho esto, y creyeron en la Escritura y en la Palabra que había pronunciado.
     Mientras estaba en Jerusalén, durante la fiesta de Pascua, muchos creyeron en su Nombre al ver los signos que realizaba. Pero Jesús no se fiaba de ellos, porque los conocía a todos y no necesitaba que lo informaran acerca de nadie: Él sabía lo que hay en el interior del hombre.

 Cuarto domingo: Jn 3, 14-21
      En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: «De la misma manera que Moisés elevó la serpiente en el desierto, también es necesario que el Hijo del hombre sea levantado en alto, para que todos los que creen en Él tengan Vida eterna.
     Porque Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en Él no muera, sino que tenga Vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él. El que cree en Él, no es condenado; el que no cree, ya está condenado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios. Este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas.
     Todo el que obra mal odia la luz y no se acerca a ella, para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que obra conforme a la verdad se acerca a la luz, para que se ponga de manifiesto que sus obras han sido hechas en Dios».
     Quinto domingo: Jn 12, 20-33
      Entre los que habían subido para celebrar la fiesta, había unos griegos que se acercaron a Felipe, el de Betsaida de Galilea, y le rogaban: «Señor, queremos ver a Jesús». Felipe fue a decírselo a Andrés, y ambos se lo dijeron a Jesús. Él les respondió: «Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre. En verdad, en verdad os digo: si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que se ama a sí mismo se perderá; y el que no está apegado a su vida en este mundo, la conservará para la Vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, y donde Yo esté, estará también mi servidor. A quien me sirve, mi Padre lo honrará.
     Ahora mi alma está turbada. ¿Y qué diré: Padre, líbrame de esta hora? ¡Si para esto he venido, para esta hora!: ¡Padre, glorifica tu Nombre!».
     Entonces vino una voz del cielo: «Lo he glorificado y lo volveré a glorificar». La multitud que estaba presente y oyó estas palabras, pensaba que era un trueno. Otros decían: «Le ha hablado un ángel». Jesús tomó la palabra y dijo: «Esta voz no se oyó por Mí, sino por vosotros. Ahora va a ser juzgado el mundo, ahora el Príncipe de este mundo será arrojado afuera; y cuando Yo sea levantado en alto sobre la tierra, atraeré a todos hacia Mí». Esto o decía para indicar cómo iba a morir.
     Si estáis inspirados aquí tenéis unos dibujos alusivos,


     ¡Que disfrutéis! Nos vemos a la vuelta 










lunes, 5 de febrero de 2018

Manos Unidas

   Hola chicos:
   El quinto domingo ordinario se celebra la campaña de Manos Unidas  bajo el lema Comparte lo que importa.
   Éste es el anuncio de este año
                           

   ¿Y qué es lo importante? Nuestra vida, nuestros bienes y nuestro compromiso por un mundo mejor en el que los derechos humanos sean respetados y donde cada persona pueda disponer de los medios necesarios para vivir con dignidad.
   También se le llama Jornada contra el Hambre. Luchar contra ella es misión de todos y más de un cristiano, que llama a los demás hermanos pero que no debe quedarse en meras palabras. El hambre no es una fatalidad o un destino irreparable para muchas personas. Nuestra solidaridad y concienciación es la labor a la que estamos llamados para ayudar a nuestros hermanos.
   En el siguiente vídeo explican qué hacen y cómo podemos colaborar:
                         


Y en el siguiente video la canción de este año: